Los guisantes alados

Hoy hemos inventado una historia entre todos en clase. Es esta: 

Una serpiente tragó unos guisantes que se encontró tirados en el suelo, pero no eran normales. Se trataba de unos guisantes mágicos que la serpiente tuvo que escupir como si fuese una pistola. Los disparó tan fuerte que le salieron alas. 

Mientras volaban atravesaron el arcoíris, tomando sus colores. El arcoíris se cayó a un río que también se puso de colores. Una cebra que bebió del río, también se puso de colores. Desde entonces, a ese lugar le llaman el río Arcoíris.

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